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jueves, 20 de enero de 2011

amoR.

Mis ojos seguían clavados en las ventanas de aquel piso. 
No paraban de observar, de mirar y buscar la sombra que tanto anhelaba. 
Se me hizo un poco raro y algo tonto estar allí sentado, esperando, buscando algo que no aparecería en toda la noche. 
La camisa pesaba de tanta agua, y mis costillas se quebraron de ese amor.

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